Centro de Recomposición de Tejido Cerebral de Cambrigde
En Cambridge, Inglaterra, el Dr. Stephen Dunnet y sus colegas del Instituto de Investigación médica del Centro de Recomposición de tejido cerebral de Cambrigde, han logrado algunos resultados tremendamente prometedores en sus esfuerzos por desarrollar transplantes de células cerebrales como un tratamiento viable para la enfermedad de Huntington.
En la edición de junio de 1998 de Genética Natural, el equipo del Dr. Dunnett informó a cerca de los buenos resultados que obtuvieron al experimentar con transplantes de células en primates. Se implantaron células embriónicas en una determinada región del cerebro a seis marmosets adultos (monos del Sur y América Central). Estos animales mostraron progresos en los controles a los que se les sometió. Más específicamente, los marmosets a los que se les transplantaron las células experimentaron una recuperación de sus habilidades motoras, medidas a través de una ‘escala de tareas’, que implica alcanzar y recuperar diferentes dulces en dos series sucesivas, a lo largo de nueve meses. Además, se descubrió que las células implantadas habían sobrevivido hasta doce meses en ausencia de inmunosupresión.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la ubicación de los injertos en una zona concreta del cerebro era decisiva para el éxito de los transplantes.
A fin de cuentas, señala el Dr. Dunnett, la recuperación del funcionamiento de las habilidades motoras en combinación con la implantación de injertos en el cerebro así como la supervivencia de las células transplantadas, sugiere que podríamos estar a un paso de encontrar una terapia viable para la enfermedad de Huntington.
Este trabajo representa un importante avance en los estudios realizados con ratas y sin duda alguna, alentará mayores esfuerzos para alcanzar resultados clínicamente significativos en seres humanos afectados por EH.
Los progresos en este campo dependerán de la colaboración fructífera entre científicos y médicos. Como sugerí en Genética Natural, ‘Es importante tener en cuenta que los modelos de animales con enfermedades neurodegenerativas reproducen sólo algunos aspectos de dichos desórdenes. Por eso es tan importante la existencia de una diálogo fluido entre médicos e investigadores científicos. Todos los conocimientos acumulados tanto en hospitales como en laboratorios son cruciales para el éxito del tratamiento de enfermedades neurodegenerativas’.
